domingo, 17 de noviembre de 2013

Esa noche de babysitting en la que casi sufro un infarto

Normalmente, cuando hago babysitting, las noches suelen ser muuuuuuuy tranquilas excepto la última, en la que casi muero del susto.

La semana pasada me tocó hacer babysitting en la casa donde trabajé el año pasado. Como cada día que me toca quedarme allí, la madre se queda un ratito con nosotros y después se va a su “book club” reunión de amig@s en la que se hinchan a comer  y a beber beber beber beber.. .

Antes de irse, me contó que en la casa del vecino intentaron robar hace dos semanas. Me repitió que tuviera cuidado y que, como siempre, activase la alarma antes de irme a la cama, aunque según ella, volvería prontejo. Ahí quedo la cosa….

Los niños y yo nos quedamos viendo la tele hasta las 21.30 y después los mandé a la cama. Tras un rico y calentito té, me fui tambi'en a la cama (con mi súper manta eléctrica bajo las sábanas) y me quedé leyendo un rato. A pesar de la cama taaaaaaaan cómoda que tenía y el calorcito de la manta, no podía dormirme (quizá era por el viento o quizá era porque me tocó dormir en el ático y no estaba acostumbrada)… en fin, que me quedé leyendo hasta las tantas.


Una hora o así después, empezó a entrarme la modorra y pensé que era el momento de irse a dormir, ya que tenía que levantarme a las 7.30 pero de repente, escuché un ruido que venía de la planta de abajo. “Habrá sido el viento” pensé. Tras otro ruido pensé: “eso no es el viento” por lo que yo, toda decidida, bajé las escaleras esperando que fuera el perro el que hacía todos esos ruidos. Cual fue mi sorpresa cuando vi que la puerta que conecta el pasillo con la cocina estaba abierta. Me pareció raro porque estaba segura que la había cerrado para que el perro no suba a la planta de arriba, pero a veces se abre sola, por lo que no le di más importancia. Sin embargo, cuando entré en la cocina y vi abierta la puerta que conecta la cocina con la despensa, el playroom y el jardín fue cuando casi me da un infarto porque esa puerta NUNCA NUNCA la dejo abierta y no estaba rota como la otra como para abrirse sola. Ya me veía como Wendy en "El Resplandor" … pfffff


Lo primero que pensé fue: y qué c*** hago? Y si unos ladrones del este han entrado en la casa? Y si están en la planta de arriba y los niños se despiertan y los ven?? Me entró tal pánico que pensaba que me iba a dar un chungo en medio de la cocina. De repente, oí ruidos que venían del cuarto del baño del playroom, por lo que yo, en pijama, sin móvil, sin cuchillo pero toda decidida, me dirigí hacia el baño.

Ahora me rio pero esos… 5, 6 segundos? Fueron los peores de mi vida (sí, incluso peor que un examen oral de inglés de la universidad). En ese momento, entré toda decidida a abrir la puerta del baño y ver quien c*** había entrado en casa cuando miré por la ventana y … sí, el coche de mi hostmum estaba en la calle. Fue entonces cuando dije en bajito… “Liz… are you in the toilet?” y ella me contestó: “yaaaa”. ALIVIO no, LO SIGUIENTE. Iba a sobrevivir!!!


Al salir del baño, me dijo que si estaba bien, que estaba muy pálida. Yo le conté todo lo que había pasado, que no pude activar la alarma porque se me había olvidado el codigo, que no la había oído llegar y que sólo había oído ruidos en la planta de abajo. Ella se empezó a reir y me dijo: “eres muy pero que muy valiente por bajar y ver quien había aquí pero la próxima vez bájate con el móvil por si tienes que llamar a emergencias”.




 En fin, al día siguiente  cuando bajé a desayunar, mi hostmum le estaba contando a los niños lo valiente que había sido por bajar la noche anterior. Los niños se reian…como todo el mundo a quien he contado esta historia. Pero bueeeeeeeeno, todo quedó en eso, en un sustillo y una anécdota más que se suma a mi lista de historias divertidas de mi vida como aupair-babysitter.


Esta noche me toca volver, pero dormimos solos en casa ya que mi hostmum se ha ido a Dublín y no volverá hasta mañana por la noche. Todo puede ser que me toque dormir con un ojo abierto y otro cerrado xDD.

¡¡¡Seguiremos informando!!!