martes, 11 de diciembre de 2012

Dos cervezas por favor.

"Dos cervezas por favor", "la cuenta", "soy el jefe" y "vino" son algunas de las palabras que mi hostdad sabe decir en español. Sobre todo lo de las cervezas lo dice muy a menudo, dejando a los chicos con una poker face y yo al lado riéndome. Sin embargo, si esas palabras las repites mucho en un viaje largo, puede llegar a cansar.
Hacer un viaje de norte a  sur de Irlanda con mi hostdad significa risas y aprendizaje. Pero bueno, empecemos por el principio.

Mi familia decidió pasar el fin de semana en Cork, una ciudad a unos 330 kilómetros de Sligo. Podríamos decir que no es una distancia muy larga teniendo en cuenta lso pocos kilómetros que separan estas dos ciudades, pero en coche se tardan unas 5 horas y media. Y direis: ¿y cómo se tarda tanto? Bueno, tendríais que ver las carreteras de aquí. Mientras que en España tenemos autovías en casi todos los puntos del país, Irlanda no puede presumir de ello, por lo que la mayoría de los pueblos y ciudades están comunicados por carreteras de doble sentido en las que son difíciles de adelantar.
Dejamos Sligo el viernes a la 13.30 y llegamos a Cork a las 19.00. Al pasar por Galway, tuvimos que aguantar largas colas de coches y por los alrededores de Cork igual, por lo que tardamos más tiempo en llegar. Mi familia me dejó en el albergue donde iba a pasar dos noches e iba a juntarme con mi amiga que vivía allí, así que lo primero que hice fue coger una habitación, dejar las cosas y explorar la ciudad hasta que mi amiga llegase.
He de decir que Cork es PRECIOSO, sobre todo si lo primero que ves de esa ciudad es St.Patrick's Street iluminada con las luces de navidad. Tras un paseo, tocaba volver al albergue a dormir. Al día siguiente por fin me reencontré con mi amiga tras tres meses sin vernos. Los que me conoceis sabeis que no paro de hablar ni debajo del agua, ¿verdad? pues bueno, cuando llevas tanto tiempo sin ver a una buena amiga, lo único que quieres hacer es compartir mutuamente vuestras experiencias en Irlanda. (como resultado, desde el domingo llevo con la voz de camionero).

Gracias a ella, pude descubrir Cork, una ciudad con un encanto bastante particular :)
English Market in Cork.



Catedral



La verdad es que fue un gran día por Cork. Por la noche, mi amiga quedó con sus amigas de la ciudad y cenamos y salimos por ahí. La verdad es que han hecho un grupo muy majo y me trataron como una más :)
Fue una noche estupenda. 

Al día siguiente, tocaba volver a casa, lo que significaba que había que chuparse otras tantas horas en el coche. Esta vez iba con mi hostdad, lo que significaba que iba a ser un viaje entretenido. Nada más subirnos al coche pone la radio y se da cuenta de que su equipo de rugby favorito (lo que significaba locura total). Estamos un buen rato en silencio hasta que sucede lo siguiente:

Hostdad: tengo que apagar la radio. 
Yo: ehm ¿por qué? No quieres escuchar el partido?
Hostdad: Sí, pero me estoy poniendo nervioso y no quiero que tengamos un accidente por culpa de la radio. (Lo vive).
Yo: eing? O_o

Cuando pasábamos por los distintos condados, mi hostdad me contaba curiosidades acerca de los paisajes, de sus gentes o de las historias de los pueblos. Aprendí que Cork era el condado más grande de Irlanda, también me contó que Galway es el único condado que mantiene vallas hechas de piedra que separan las tierras de la gente, y ya me sé los nombres de  casi  todos los condados de este país. A continuación, mi hostdad continuó repitiendo esas palabras que sabe en español: dos cervezas por favor. Claro, a mi me parece gracioso, pero los niños no las entienden y los pobres se aburren. (aunque debo decir que yo también acabé cansada de tanto oirlas jajaja)

Tras otras tantas horas de viaje, llegábamos a Sligo, a mi hogar irlandés. Hicimos fuego y nos sentamos a ver X factor. 
He de decir que me siento como una más de la familia. Antes de salir de Cork, mis padres me invitaron a comer en casa de la abuela. Como me daba vergüenza decir que no, pues fui. La mujer, de setentaypico años, me recibió con los brazos abiertos, me dio un beso y me invitó a sentarme. Toda la familia (mis padres, los hermanos, mis niños, los primos y la abuela) se sentaron alrededor de la mesa a zampar todo lo que había en ella: pan hecho en casa de la abuela, mantequilla, sopa (riquíiiisima), queso y pavo. Cuando eres una persona como yo, tan casera y familiar, en esos momentos te entra la morriña y deseas estar en la casa de campo, alrededor de la gran mesa con tus padres, tu abuela, tus hermanos y tus sobrinos. Sólo de pensar en la idea de que en dos fines de semana iba a poder disfrutar de esa misma escena pero con los mios, hizo que se me saltase una lagrimilla, pero agradecí DE CORAZÓN que los irlandeses me tratasen de esa forma. 

En fin, tras un buen fin de semana, se presenta una semana un poco dura. Toca estar dos días sola con los niños, hay que seguir estudiando y hay que terminar con las compras navideñas. 

(8 días para volver a casa)

See u !
















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