martes, 10 de diciembre de 2013

Sobrevivir en Irlanda - Primera parte.



¿qué pasa cuando tu era au pair ha terminado pero quieres quedarte en ese país donde has vivido experiencias inolvidables? Pues que hay que buscar otra cosa, y si es “de lo tuyo” pues mucho mejor.
Este verano, entre los calores y mis dolores de muelas de juicio, me puse en contacto con un grupo de españoles en Irlanda llamados “Sligo Spanish Society”. Pensé que quizá podría dar clases de español  y vivir de ello, por lo que les mandé un correo preguntando si necesitaban profe. Me contestaron unos días más tarde diciéndome que QUIZÁ necesitasen a alguien, que les mandara el curriculum y que me dirían algo. Tras mandarle otro correo con el CV, me contestaron unas horas más tarde diciendo: “Sí, te necesitamos definitivamente”. Imaginaos, estaba que no cabía en gozo.


Sabía que eso no iba a ser suficiente, por lo que tenía que buscar algo más. Podía compaginar este trabajo con el de aupair, pero sinceramente, no me apetecía empezar a trabajar con otra familia porque sabía que era IMPOSIBLE encontrar una familia mejor que con la que había estado, así que descarté esa opción.
Había que hacer algo más, pero ¿el qué? Todos los colegios e institutos de Sligo tenían mi curriculum junto a un mensaje que decía: “necesitan profesora / auxiliar de español?” y, o no había recibido respuesta o la respuesta era negativa. Me fui a Irlanda con los ahorros del verano (ya que había trabajado dando clases de inglés) y me adentré a la aventura de la INDEPENDENCIA (hablaré de ello en otra entrada aparte, que la merece… )
Llegué a Irlanda sólo con una cosa segura, así que había que buscar más. Empecé a poner carteles en cafeterías, museos, bibliotecas… escribí posts en todas las páginas de Facebook de Sligo y Leitrim, en Gumtree y en cualquier sitio que pudiera ser relevante y sólo recé para tener curro y no volverme a casa de mis padres y oir un “si es que a ver pa qué te vas! Si aquí tenías clases particulares aseguradas!!” Por suerte, tengo algo de trabajo a través de esos posters y posts y ya se podría decir que podía sobrevivir. 


Sin embargo, había que hacer algo más (si es que no me puedo ver quieta) así que también quería hacer algún babysitting o algo por el estilo. En eso no me puedo quejar porque mi antigua hostfamily me avisa muy a menudo para ayudarles (no me gusta decir “trabajar” o “babysitting” porque cuando estoy con ellos no me siento como una trabajadora, sino como una más de la familia) así que digamos que les ayudo! – de hecho, esta semana estoy de “au pair” otra vez pero ya explicaré esto más adelante.
Lo último ya fue por pura casualidad. Hace unos meses (y como publiqué en Facebook), asistí a una reunión en el ayuntamiento de Sligo con el embajador de España en Irlanda. La verdad es que ese día hacía un frío de la leche y tenía ganas CERO de ir. “Sí total, a ver pa qué” pensé. Allí conocí a gente que llevaba en Irlanda la tira de años y pasé un buen rato hablando con dos en especial. Otra de ellas, una chica de mi edad mitad española, mitad irlandesa, iba a ser otra de las profesoras de los cursos de español con Sligo Spanish Society por lo que al final no me arrepentí tanto de haber ido porque conocí a bastante gente.



Hace un par de semanas, esta chica me dijo que una de las mujeres con las que había hablado ese día en la recepción del embajador daba clases extraescolares de español en un colegio de Sligo pero tenía que darse de baja por maternidad, así que me ofrecieron trabajar en su lugar hasta, al menos, semana santa.
Y esto es así. Nos hacemos mayores y hay que buscarse las castañas. Sobre todo en tiempos de crisis en los que no podemos tirar de papá y mamá  y bueno, siempre se aprende algo. Yo he aprendido a ahorrar, a valorar cosas que antes no valoraba, he madurado y como le decía Monica a Rachel en una escena de Friends: “bienvenida al mundo real. Es una mierda, pero te gustará”. 





Bienvenidos a la independencia.



Bea.

(6 días para volver a casa).

No hay comentarios:

Publicar un comentario